domingo, 23 de octubre de 2016

LA CRUZ RELIQUIA ¿EN SU CUARTO CENTENARIO?

El cuatro de julio de 1615, el pintor y escultor salmantino Francisco de Aguilar, que llevaba casi dos décadas trabajando en la ciudad de Cartagena, concluyó varias obras con destino a algunos de los conventos ubicados en ella. Es el caso, tal y como refleja el que fuera cronista de la ciudad, Isidoro Martínez Rizo, en su obra ‘Fechas y Fechos de Cartagena’, publicada en 1894, de las esculturas de San Leandro y San Isidoro, destinadas respectivamente a los conventos de Agustinos y Dominicos. Obras encargadas y pagadas por el Ayuntamiento que abonó al artista por ellas 1.294 reales.

Aquel año, según leemos en diversas obras, Aguilar realizaría también otras obras para el convento dominico, aunque no sabemos exactamente cuáles habrían de ser esas, pero no sería descabellado pensar que una de ellas fuera la cruz procesional que cada año abre, portada por penitentes del Santo Cáliz, las procesiones marrajas.

Como sabemos, aquel era el contexto en que nacían las procesiones cartageneras. La primera referencia escrita que conocemos de la del Santo Entierro en la noche del Viernes Santo data de 1613, siendo organizada por la cofradía del Rosario, sita en el convento dominico. Un año después esa misma cofradía comienza a organizar la procesión de la Calle de la Amargura, la que hoy conocemos como del Encuentro. Podría ser perfectamente lógico pensar que la organización de procesiones en Semana Santa conllevara el encargo de los elementos precisos para su salida, y contar con una cruz que abriera las mismas parece de los más necesarios.

Francisco de Aguilar venía trabajando de forma continua para la ciudad de Cartagena desde que se estableció en la misma con anterioridad a 1598. Aunque había nacido en Salamanca, nada sabemos de su obra fuera de nuestra ciudad, en la que debió llevar adelante un buen número de encargos, de los que tan solo conocemos unos pocos que se han atribuido a su autoría, como las obras mencionadas e incluso alguna otra que se ha conservado.

Su primer proyecto conocido data de 1598, año en que diseña un escudo de la ciudad para su ubicación en las diversas puertas de la muralla que se había realizado en los años inmediatamente anteriores en la ciudad durante el reinado de Felipe II y bajo la dirección de Juan Bautista Antonelli.

En 1611, Aguilar diseña para las citadas murallas la nueva "Puerta del Muelle" que concluiría cuatro años más tarde bajo la dirección de Pedro Milanés incluyendo en la misma tres escudos, “uno de España y dos de la ciudad”. No sería la única incursión de Aguilar en el mundo de la arquitectura o el urbanismo, ya que se le atribuye la traza de los planos de expansión de la ciudad hacia el arrabal o barrio de San Diego.

El escudo realizado por Francisco de Aguilar vuelve a aparecer por esas fechas en otro contexto, concretamente en el libro que el Cabildo de la Ciudad de Murcia encarga en 1614 al Licenciado Cascales ("Discursos históricos de la Muy Noble y Muy Leal  ciudad de Murcia"), realizado por la imprenta de Luis Berós en 1621, y en cuya edición príncipe luce el escudo de armas de Cartagena "dibujado por el pintor cartagenero Francisco de Aguilar".

Otras obras conocidas y atribuidas a Francisco Aguilar serían el antiguo retablo de la Asunción de la capilla municipal de la Catedral Antigua, con las imágenes de los Cuatro Santos, a los que también había pintado para la Sala Capitular del Ayuntamiento.

Entre las escasos objetos artísticos de temática religiosa que se salvaron de la destrucción patrimonial de 1936 encontramos tres cuadros que Casal menciona como obra de Aguilar: dos procedentes de la Catedral Antigua y uno de Santa María de Gracia, templo en el que se conservan hoy dichas obras.
Francisco de Aguilar falleció en Cartagena en 1636, aunque Montojo considera que las dos primeras décadas del siglo XVII serían las que centrarían la mayor parte de su producción, por lo que parece plenamente factible pensar que entre aquellos objetos que realizó en 1615 para el convento dominico estuviera nuestra cruz reliquia


Cumpliría pues este año cuatro siglos de presencia al frente de las procesiones de origen dominico: las de la Cofradía del Rosario (1613-1647) y las de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (1663-2015).

Publicado en la revista 'El Cáliz' en 2015
FOTOGRAFÍA: Manuel Maturana Cremades