viernes, 16 de mayo de 2014

LA MÚSICA DE LAS AGRUPACIONES MARRAJAS. VIII - SANTÍSIMO CRISTO DE LA LANZADA

La Agrupación del Santísimo Cristo de la Lanzada, una de las de más reciente fundación en el seno de la cofradía marraja, atesora desde sus orígenes una de las marchas más representativas del Viernes Santo; una pieza que, sin duda alguna, se encuentra entre las más destacadas de la amplia producción compositiva realizada, a lo largo de una dilatada carrera, por el músico santomerano, afincado en Cartagena, José Torres Escribano.

Y no pasó mucho tiempo entre la creación en 1979 de la Agrupación y el estreno en 1981 de la marcha ‘La Lanzada’, la más conocida de las dos que componen su patrimonio musical. Tan solo una procesión, pues en su segunda participación en la procesión del Santo Entierro, ya contaba con una obra dedicada a su Titular.

José Torres Escribano (1910-2004) fue, sin duda alguna, unos de los más conocidos músicos vinculados con nuestra Semana Santa. Nacido en Santomera (Murcia), llegó a Cartagena a los nueve años, incorporándose a un coro infantil en la Casa de Misericordia y estableciéndose ya de forma definitiva en nuestra ciudad en 1932, al entrar a formar parte de la Música de Infantería de Marina. No perdió, eso sí, los vínculos con su localidad natal, y así creó en ella en 1979 –el mismo año que nació La Lanzada- una banda de música, “Los Parrandos”, que perduró hasta el fallecimiento de su director, y que durante toda su existencia acompañó a esta agrupación marraja en la procesión del Santo Entierro.

El vínculo de Torres Escribano, el “Maestro Torres”, con La Lanzada se concretó en 1981 con la composición de la marcha referida, la tercera de las compuestas por el veterano músico para la Semana Santa cartagenera.([1])

El propio autor describió así su obra:

“Recuerdo que una tarde de Viernes Santo, me encontraba visitando los tronos de la procesión marraja en Santa María de Gracia. Mi buen amigo, el periodista y locutor de radio, Manolo López, estaba arreglando el nuevo trono de La Lanzada. Hablamos y comentamos que, sin duda, sería una novedad en nuestras procesiones, y que incluso, sería discutido. Pero el trono causó impacto y a mi me impresionó y me gustó. Poco después fui contratado para actuar con mi banda de música: Los Parrandos, de Santomera, en el desfile de Viernes Santo. Tuve ocasión de contemplar detenidamente el trono y, francamente me emocionó.

Estando una tarde en el café Puerto Rico, mi estimado amigo Pepe Sanchez Macias (presidente del tercio de La Lanzada), me invitó a que compusiera una marcha para su tercio. Acepté la invitación; sin duda, Dios crucificado me inspiró, porque pedí una servilleta de papel y marqué, como es costumbre en mí, unas líneas divisorias y, con un bolígrafo, compuse unos compases de lo que sería la introducción. Una vez en casa, y ante una hermosa fotografía del crucificado, empecé a trabajar sobre el tema. El lápiz corría mas que nunca. Sinceramente diré que una de mis mejores obras la concebí allí. Yo tenía mucha fé en mi trabajo. La orquesté para la plantilla de mi banda, y después de escucharla me gusto mucho. La noche del estreno (Viernes Santo de 1981), había algo de expectación. Los comentarios fueron muy buenos y los críticos fueron dadivosos conmigo. La introducción de la marcha está inspirada como es natural en la tragedia de la calle de la Amargura; el primer tema nos recuerda los sollozos de las mujeres de Jerusalén en compañía de la Madre Amantísima. Se escuchan sones de trompetería, ya está cerca el Calvario. Llegamos al tema más emocionante que es la melodía de Jesús Crucificado. En ese momento trágico en que Longinos clavó su lanza en el costado de Jesús.” ([2])

Contaba pues la Agrupación del Santísimo Cristo de la Lanzada con una marcha propia desde prácticamente su nacimiento, conformándose así como un sonido característico en el acompañamiento musical de su desfile procesional. No sería, eso sí, la única marcha que habría de conformar el patrimonio de esta agrupación.

En 1990, de nuevo el Maestro Torres escribía una marcha para la Agrupación de la Lanzada. Aunque en este caso con un título llamativo que hoy puede inducir a error a la hora de fijar su atribución. Se trata de la marcha ‘Las Negaciones de San Pedro’, cuya dedicatoria es claramente explícita: “Afectuosamente a mi gran amigo Pepe Sánchez Macías, Presidente de la Agrupación de la Lanzada. Cofradía Marraja.

Corresponde esta composición a un proyecto que se planteó a finales de la década de los ochenta, cuando en respuesta a la intención de la cofradía california de procesionar un grupo compuesto por un Crucificado y un romano con una caña y una esponja y que respondía al nombre de ‘Tengo Sed’, en el seno de la Cofradía Marraja se replicó con la elaboración de un proyecto para incorporar una imagen de San Pedro.

Aquel proyecto, que tomó cuerpo en el seno de la Agrupación de La Lanzada llegó a avanzar bastante, como atestigua, por ejemplo, esta marcha, que hoy completa el patrimonio musical de la agrupación, que sin embargo no suele interpretarla en procesión.

Mientras la primera de las marchas ha sido grabada en dos ocasiones: en el CD editado por la Fundación Marraja en 1996 e interpretado por la Música de Infantería de Marina del Tercio de Levante y en el que en 2001 publicó la Agrupación de Portapasos-Promesas de la Santísima Virgen de la Piedad con la Banda Sinfónica de la Guardia Real, la segunda de las marchas no ha sido aún grabada.

La Lanzada incorporó, eso sí, otra pieza a su repertorio habitual en la asignación de marchas que hace varios años realizó la cofradía marraja. Se trata de ‘In Memoriam’, compuesta en 1921 por el músico catalán Agustín Coll Agulló (1873-1944). Una marcha que ha encontrado su sitio en la Semana Santa cartagenera, estando presente en el acompañamiento a diversos tercios y que cuenta con una triste historia: la que llevó a su autor a dedicarla “a la memoria de sus hijos” fallecidos, los tres que tuvo, con corta edad.

El fallecimiento en 2004 del Maestro Torres trajo consigo la desaparición de la banda de Los Parrandos de Santomera. Así, la Agrupación de La Lanzada tuvo que afrontar la búsqueda de una banda que sustituyera a la que siempre la había acompañado en procesión. Recurrió para ello a la Música de la Academia General del Aire, que desfiló con su propia uniformidad y no luciendo el habitual vestuario de las bandas de música en consonancia con el de los tercios a los que acompañan. Tras ésta lo hizo la Sociedad Sinfónica de Picassent (Valencia), que sería reemplazada por la más joven de las bandas cartageneras, la Unión Musical Cartagonova, que es la que en la actualidad acompaña a esta agrupación.

Publicado en 'Ecos del Nazareno' 2014
FOTOGRAFÍAS: José Francisco Lillo (Trono), Diana Domínguez (Banda)





[1] Anteriormente había estrenado en 1975 ‘La Piedad’ (conocida por todos por su subtítulo: “Plegaria”) y un año después 'El Discípulo Amado', para la Agrupación de San Juan Evangelista (Marrajos). Tras 'La Lanzada' presentó otras dieciséis marchas dedicadas a agrupaciones marrajas, californias o del Resucitado, si bien las tres primeras constituyen, muy probablemente, las más relevantes de toda su amplia producción musical
[2] TORRES ESCRIBANO, José. “La Lanzada. Apuntes musicales de mi marcha”. En ‘La Lanzada 1986’.

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