domingo, 18 de mayo de 2014

PONCIO PILATO, PREFECTO DE JUDEA

Inscripción aparecida en 1961 en Cesarea
en la que aparece mencionado Poncio Pilato
En el año 67 a.C. fallecía en Jerusalén Salomé Alejandra, reina de Judea, dejando como heredero a su hijo mayor, Hircano II, al que había nombrado Sumo Sacerdote tras otorgar gran parte del poder a un restablecido Sanedrín. Sin embargo, el segundo de sus hijos, Aristóbulo II, al frente del ejército, reclamó el trono tras abandonar Jerusalén y conquistar casi todo el territorio de Judea. El enfrentamiento entre ambos hermanos, que había sumido a Judea en una Guerra Civil, llevó a Aristóbulo en el año 63 a.C. a ofrecer dinero al Ejército romano, que un año antes había conquistado Siria, para que actuara en su ayuda. Así, uno de los principales líderes romanos, el general Cneo Pompeyo Magno -que luego sería rival de Julio César en la Guerra Civil que dio origen al Imperio- atendió la solicitud de Aristóbulo y conquistó Judea, pero cuando éste acusó a los romanos de extorsión, Pompeyo, designó a Hircano como Etnarca y Sumo Sacerdote (le negó el título de rey), colocándole al frente de un reino aparentemente independiente, pero sometido en todo momento a la autoridad de Roma.

Nacía así una Judea romana, que en pocos años y tras sumar los territorios de Samaria e Idumea, se convertiría en provincia a cuyo frente se situaba un prefecto nombrado por Roma, y cuya gestión quedaba bajo el control del gobernador de Siria.

La figura del prefecto formaba parte del complejo entramado social, político y militar romano, y aunaba bajo su mando la autoridad civil y militar. Solía ser nombrado entre los miembros del 'Orden Ecuestre' una clase social acomodada en Roma (había que demostrar una fortuna mínima de 400.000 sestercios para recibir el anillo que acreditaba como miembro de la misma).

En el año 26 d.C., décimosegundo de gobierno de Tiberio, Poncio Pilato fue designado como V Prefecto de Judea, sustituyendo a Valerio Grato en Cesarea, la ciudad construida por Herodes el Grande donde estaba la sede del gobierno romano en la provincia de Judea y en la que apareció en 1961, en el transcurso de unas excavaciones, una inscripción en piedra, la única que se conoce, en la que aparece mencionado el nombre de Poncio Pilato.

De Poncio Pilato no hay datos fiables sobre su origen, aunque sí muchas leyendas y atribuciones de lo más curioso. Sobre su apellido, Pilato (en latín Pilatus) se han escrito varios posibles orígenes, aunque quizá el más extendido sea el que lo traduce como "hábil con el pilum" (nombre que recibía la lanza de los soldados romanos), lo cual le llevaría a ser descendiente de soldados. Tampoco hay datos sobre su origen, y múltiples ciudades (incluida alguna como Tarragona, en España) han sido mencionadas como tal. En Italia, la tradición lo vincula fundamentalmente a una zona comprendida entre las regiones de Campania y Puglia, al sudeste de la península itálica, al nordeste de Nápoles.

Sí sabemos que su relación con los judíos no fue buena, aunque su gestión debió satisfacer a Roma, pues hasta en tres ocasiones fue ratificado en su puesto (el cargo de prefecto se otorgaba por tres años, y Pilato estuvo diez en Judea). El historiador romano Flavio Josefo escribió que sus años de gobierno fueron muy turbulentos en Palestina, algo en lo que profundiza un coetáneo de Pilato, Filón de Alejandría, que dijo de él que se caracterizaba por “su venalidad, su violencia, sus robos, sus asaltos, su conducta abusiva, sus frecuentes ejecuciones de prisioneros que no habían sido juzgados, y su ferocidad sin límite”. (1)

Sus inicios como Prefecto estuvieron marcados por un curioso enfrentamiento con los judíos. Roma no contaba con legiones en Judea. La guarnición militar era de tropas auxiliares (reclutadas entre sirios, griegos y samaritanos y en un número en torno a 4.500 soldados). (2)

El prefecto, al igual que gran parte de las tropas residían en Cesarea, pero durante las grandes celebraciones judías se trasladaban a Jerusalén para controlar y vigilar las grandes aglomeraciones que allí se producían. Pues bien, en su primer año de mandato, Poncio Pilato envió a las tropas a Jerusalén portando todas sus insignias con la efigie del emperador y las águilas imperiales. Ello provocó una revuelta de los judíos, que consideraron aquello como una afrenta, y se manifestaron durante varios días ante la residencia del prefecto exigiendo su retirada, mostrándose incluso dispuestos a morir antes que a cesar en sus protestas. Pilato tuvo que ceder y retirar las insignias, lo que situó desde el comienzo a gobernante y gobernados en posiciones encontradas.

Lejos de aplacarse las malas relaciones, poco después Pilato afrontó la construcción de un acueducto con el que llevar agua de Belén a Jerusalén. Y para ello decidió tomar de las arcas del Templo de Jerusalén el dinero necesario con el que costear las obras. La nueva rebelión de los judíos fue esta vez controlada de forma violenta (3)

La tercera de las grandes revueltas durante la estancia de Poncio Pilato en Judea tuvo lugar en el año 35 d.C., cuando reprimió con violencia a un grupo de samaritanos que se habían congregado en el monte Gerizim contra los que hizo cargar a la caballería. Las protestas de los samaritanos ante el gobernador de Siria, Lucio Vitelio, finalizaron cuando Poncio Pilato fue relevado como Prefecto en Judea y enviado a Roma, donde llegó poco después de la muerte de Tiberio.

Se pierde ahí la relación de datos fehacientes sobre la figura de Poncio Pilato, si bien la mayor parte de documentos consultados se decantan entre dos opciones: que durante el mandato de Calígula pudo ser destinado a la Galia o que tras caer en desgracia se suicidó.


LA TRADICIÓN Y LA LEYENDA. SU ESPOSA CLAUDIA PRÓCULA


El juicio y muerte de Jesús de Nazaret no aparece mencionado en los escasos documentos romanos que hablan de Poncio Pilato, debiendo remitirnos a los Evangelios para encontrar la narración de los hechos.

Sin embargo, sí hay una amplia tradición cristiana, en muchos casos con reflejo literario, que mencionan a Poncio Pilato -en muchos casos convertido al cristianismo e incluso considerado martir por la iglesia copta y canonizado como santo por la iglesia Ortodoxa de Etiopía-. En dicho contexto cobra un papel relevante la esposa del prefecto, Claudia Prócula.

Ésta aparece mencionada en el Evangelio de San Mateo, cuando en pleno proceso a Jesús se dirige a su esposo y le dice: " No te mezcles en el asunto de este justo, porque hoy, por su causa, tuve un sueño que me hizo sufrir mucho" (Mt 27, 19). No es citada -eso sí- por su nombre, aunque muchos de los que han seguido su figura creen que es la Claudia que menciona San Pablo en su segunda carta a Timoteo, aunque no hay ninguna constancia real de ello.

La figura de Claudia Prócula adquiere especial relevancia en diversas religiones cristianas, y así es considerada santa desde el siglo VII por ortodoxos rusos y griegos, como también por la iglesia copta. Para sus seguidores resulta esencial el manuscrito encontrado en un monasterio de Brujas (Bélgica) a comienzos del pasado siglo y enviado al Vaticano. (4)

Según estas fuentes y opciones, la ascendencia y consideración de Poncio Pilato le vendrían otorgadas por su matrimonio, pues la verdaderamente relevante en Roma era la familia de su esposa. Tras su retorno a Roma, la leyenda por la que optan estos textos los sitúa convertidos al cristianismo y arrepentidos de su intervención en la crucifixión de Jesús.


ICONOGRAFÍA Y PRECISIÓN EN NOMBRE Y CARGO

Angustus Clavus (línea delgada de
púrpura en la túnica de los prefectos)
A la hora de estudiar adecuadamente la figura de Poncio Pilato, presente en múltiples escenas en la Semana Santa española, hemos de partir de que una incorrecta traducción ha derivado en múltiples menciones incorrectas de su nombre, que sólo finaliza en S en latín (Pilatus) pero no en español, donde siempre debe ser mencionado en singular: Pilato.

Del mismo modo, lo adecuado es referirse a su cargo como prefecto, no gobernador ni procurador, que erróneamente son también utilizados en diversos escritos. Prefecto -además- de Judea, no de Palestina.

Por último, y aunque en las diversas representaciones que de él encontramos en tronos de diversas ciudades, no siempre viste así, una adecuada representación iconográfica de Poncio Pilato -la que luce en el paso de la Cofradía del Amparo- ha de hacer que luzca en su mano el anillo que lo acredita como miembro del Orden Ecuestre y que vista el angustus clavus: las dos franjas de púrpura de dos dedos de ancho en la túnica como símbolo de su posición, siendo absolutamente inadecuado que luzca sobre la cabeza la corona de laurel (dorado en muchos casos), un privilegio que se reservaba a los generales victoriosos en su entrada en Roma, algo que nada tiene que ver con el perfil político y no militar del V Prefecto romano en Judea.


Publicado en 2014 en la revista 'Los Azules' (Murcia)

NOTAS

(1) Filón de Alejandría. 'De legatione ad Gaium'
(2) P.Constancio Cabezón, OFM. ¿Cómo ha juzgado la historia a Pilato? Tierra Santa. Revista de la Custodia Franciscana.
(3) Francisco Varo. ¿Quién fue Poncio Pilato?. Universidad de Navarra. En este documento se dice también que hay quien afirma que puede tratarse de la revuelta que menciona el Evangelio de San Lucas (Lc 13, 1).
(4) "Reliquias de Arrepentimiento. Las Cartas de Poncio Pilato y Claudia Prócula". Traducción de Catherine van Dyke.


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