miércoles, 9 de junio de 2010

COMPOSICIONES PARA LA SEMANA SANTA MURCIANA DEL SIGLO XIX. UNA MARCHA PARA LA DOLOROSA DE JESÚS EN 1888

El culto a la Dolorosa de Jesús vivió en 2006 uno de los años más trascendentales desde que la impresionante imagen de la Madre de Dios saliera de la gubia de Francisco Salzillo doscientos cincuenta años antes. Su coronación canónica supondría un hito de múltiples derivaciones, una de las cuales sería la de incrementar el patrimonio de la Cofradía con dos nuevas marchas procesionales.

Así, el afamado compositor militar Abel Moreno Gómez compuso un ‘Himno a la Dolorosa de Jesús’ que fue estrenado al finalizar la ceremonia en la plaza del Cardenal Belluga. Poco antes habían sonado los compases de ‘Ecce Mater Tua’, una nueva marcha del profesor Andreu Dexeus Domingo.

Ambos estrenos supusieron una importante novedad en la atonía musical de la Semana Santa murciana, necesitada de una profunda reflexión sobre su realidad musical, sobre su rica y notable historia en este campo, y sobre la necesidad de hacer frente a la actual situación desde un criterio de conservación y recuperación, pero así mismo de incorporación de nuevas piezas siempre dentro de un estilo que no debe dejar perder.

La tradición de los sonidos de la Semana Santa murciana es riquísima, aunque tenga un reconocimiento menor que el de la de otras localidades. Sonidos característicos y exclusivos, como los de los tambores sordos acompañados del quejido de la burla. Pero también marchas fúnebres propias, compuestas e interpretadas desde el mismo momento en que se incorporan estas composiciones, y las bandas que las interpretan, a las procesiones de Semana Santa de toda España, a mediados del siglo XIX.

Murcia vivió un extraordinario desarrollo de la composición musical desde mediados de ese siglo. Numerosas bandas acompañaban la vida cotidiana de los murcianos, y como no, participaban en las procesiones. Y con esa incorporación llegaron las primeras composiciones de las que tenemos noticia.

Entre éstas, aparece la referencia en prensa a una marcha que vendría a dedicarse a la Dolorosa de Jesús hace ya más de cien años. Así lo refleja el Diario de Murcia el día 15 de diciembre de 1888:

“Nuestro amigo el eminente violoncelista D. Agustín Rubio ha terminado una marcha fúnebre que la ha dedicado a la Dolorosa, de Jesús, y con el objeto de que se toque en la procesión del Viernes Santo, por la banda que vaya detrás de dicha hermosa imagen de Salzillo”.

Agustín Rubio Sánchez había nacido en Murcia el 17 de febrero de 1856 y fue un músico notable, de un reconocimiento fuera de toda duda que se extendió por toda España y fuera de nuestras fronteras. Su padre fue médico y dos de sus hermanos se dedicaron a la pintura (uno de ellos, Adolfo, aparece citado en el Monumento a la Fama). Su formación comenzaría en el Real Conservatorio de Música de Madrid, con un músico de gran prestigio, Víctor Mirecki, como maestro. Posteriormente ampliaría sus estudios en el Conservatorio de Berlín hasta ser considerado uno de los mejores violoncelistas de su época.

Comenzaría una carrera musical y de reconocimientos que le llevó a actuar por toda Europa y ante los más selectos auditorios. Mantuvo una notable correspondencia con Pau Casals y formó un quinteto con Isaac Albéniz. Fundamentalmente tocaba el violoncello, pero consta incluso su interpretación como cantante, acompañado por su instrumento, en una soberbia interpretación del ‘Ave María’ en septiembre de 1888 en la Catedral de Murcia. También aparece como autor de piezas como ‘El Mentidero’.

Afincado en Londres a comienzos del siglo XX, no por ello dejó de viajar por toda Europa y de seguir acumulando reconocimientos. Falleció en la capital británica el 4 de abril de 1940. Durante años, la calle de Murcia en la que había nacido llevó su nombre.

Con todo, al buscar la referencia en prensa del estreno de la marcha que dedicara a la Dolorosa de Jesús, encontramos una nueva sorpresa, pues ésta sonó por vez primera el Domingo de Ramos de 1889 en la procesión de Servitas, pues era práctica habitual de las bandas en aquellos años utilizar el mismo repertorio en todas sus salidas en procesión, con lo que el orden cronológico de los cortejos pasionarios daba lugar a situaciones como ésta. Sin embargo, la sorpresa viene por el estreno no de una, sino de hasta cinco marchas en ese año, un hecho que no podemos considerar aislado.

“Hemos oído hablar con gran elogio de las cinco marchas fúnebres que la banda de niños de la Misericordia va a estrenar este año en las procesiones de Semana Santa. Todas son de carácter puramente religioso.

Esta tarde, al salir Nuestra Señora de las Angustias de San Bartolomé tendremos la satisfacción de oir la que ha compuesto nuestro paisano y amigo, el célebre concertista de violoncello D. Agustín Rubio; después la que ha compuesto D. Julián Calvo, otra de nuestro paisano don Gaspar Espinosa, una del director de dicha banda Sr. Fresneda y terminando con la del Sr. Carvajal.”

(Diario de Murcia, 14 de abril de 1889)

Como digo, los estrenos de marchas no fueron algo exclusivo de ese año, si bien no siempre vieron un reflejo en prensa. Marchas que se perdieron con el tiempo, por la desaparición de las bandas que las interpretaban en muchos casos y por la falta de atención de las cofradías hacia esta faceta. Marchas que en muchos casos, desgraciadamente no podrán ser recuperadas, pero que en otros muchos esperan pacientemente en archivos su recuperación, una cuestión de justicia con sus autores, una mejor forma de conocer y reivindicar la propia historia de las cofradías y de velar por la conservación de su patrimonio.

Publicado en la revista 'La Tertulia Nazarena' de Murcia en 2007

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