lunes, 7 de junio de 2010

EL ANTIGUO SUDARIO DE CONSUELO ESCÁMEZ

La posguerra impulsó a las Cofradías cartageneras a una rápida reconstrucción de patrimonio desaparecido, tarea que desarrollaron con tal denuedo que, en muy pocos años, la situación era en su conjunto mejor en muchos aspectos a la anterior.

La Agrupación de la Piedad había conseguido lo más difícil: salvar la imagen de su Titular, que permaneció durante toda la Guerra Civil en la Iglesia de Santo Domingo, probablemente en la que se había decidido que fuera su Capilla, la actual del Bautismo frente a la ‘marraja’.

Entre las primeras cuestiones que se abordan está la confección de un nuevo estandarte, un encargo que se realiza en la persona de la joven bordadora Consuelo Escámez Salmerón, que confeccionaría así su primer sudario para las procesiones de Cartagena.

Se estrena así el Lunes Santo, 7 de abril de 1941 un estandarte de grandes dimensiones, bordado en plata, oro y seda sobre terciopelo y que responde a un esquema sencillo, aunque incorpora aspectos significativos que no se han repetido habitualmente en nuestras procesiones. De entrada refleja el nombre de la Agrupación. Incorpora el color, no sólo en la pintura que tiene como motivo central, sino en los escudos bordados bajo la misma (los de la Piedad y Cartagena).

Como se ha dicho, el motivo central es una pintura de Portela. Francisco de Paula Portela y de la Llera nació en Puerto Real (Cádiz) en 1869, aunque con trece años marchó a vivir a Cartagena. Su obra pictórica se circunscribió por tanto al entorno de esta ciudad, en la que quizá es más conocido por haber dado su nombre a una destacada calle del Ensanche que por su trabajo pictórico.

Trabajó Portela en varias ocasiones para la Semana Santa, en un par de ellas con Consuelo Escámez. La primera noticia que se tiene es del año 1941, en que realiza la restauración de las pinturas situadas en las pechinas de la cúpula de la Capilla de los ‘marrajos’, representando a los profetas Ezequiel, Daniel, Jeremías e Isaías. Ese mismo año pinta un óleo que será motivo central del Sudario que nos ocupa, el de la Virgen de la Piedad.

Al año siguiente hace un nuevo óleo para un estandarte: el que realizará para la Soledad de los ‘marrajos’ el taller de bordado de la Sección Femenina. Por último, en 1944 pinta un nuevo óleo para un estandarte de Consuelo Escámez, el motivo central del de la Agrupación de la Verónica, representando el paño en que queda reflejado el rostro de Cristo.

La obra más conocida de Portela, por la amplia devoción que despierta, es el cuadro de la Virgen de la Soledad, colocado en una calle con este nombre junto al teatro romano de Cartagena. Junto al cuadro se ha ido conformando un auténtico altar en el que manifestar la devoción popular de los cartageneros

La pintura de Portela para el Sudario de la Piedad refleja un Cristo muerto sobre el regazo de Su Madre, ante el que llora un ángel y una persona que bien podría ser María Magdalena o San Juan (el deficiente estado de conservación de la pintura no permite saberlo).

En torno a esta pintura traza Escámez una serie de motivos vegetales asimétricos de gran sencillez, bordados en plata, así como el anagrama del Ave María. Como se ha dicho anteriormente, destaca el bordado de una cinta simulada con un gran lazo en la que se puede leer en mayúsculas “Agrupación de la Piedad”.

Bajo estos motivos dos escudos, el de la Piedad, un gran corazón rojo con seis puñales clavados y el de Cartagena, también con sus colores habituales.

Se trata de una obra singular, no sólo por ser el primer sudario de Consuelo Escámez, sino por las distintas cuestiones antes abordadas.

Posteriormente, Consuelo Escámez realizaría otros diez estandartes para las procesiones de Cartagena: los de la Santa Agonía en 1942, la Virgen de la Soledad en 1943 y San Juan Californio también en ese año. En 1944 realiza la que probablemente sea su obra cumbre, el de San Pedro, por el que obtuvo el Primer Premio Nacional de Artesanía. Nuevamente para los ‘marrajos’, el de la Verónica en 1945. En 1952 para los ‘californios’ el de la Virgen de la Esperanza, primer premio en la Exposición Nacional de Artesanía que se celebró en Madrid ese mismo año. En 1957 bordó una copia del estandarte titular de la Cofradía ‘Marraja’. Para esta misma Cofradía serían sus tres últimas obras, los de la Virgen Dolorosa en 1966, Santa María Magdalena en 1967 y por último, el Santo Entierro en 1970. Además realizó numerosos bordados para galas y trajes de penitentes y mantos y túnicas para diversas imágenes.

Tan sólo once años después de su estreno, en 1952, la Agrupación de la Piedad decide sustituir el estandarte de Escámez. La evolución en la tipología de los sudarios y la riqueza que estaba alcanzando rápidamente el patrimonio cofrade le lleva a encargar uno nuevo a Anita Vivancos, sobre un diseño de Balbino de la Cerra. Está bordado a dos caras en oro fino con sujeción de malla entre los bordados. Por esta obra, que tuvo un coste de 23.000 pesetas Vivancos consiguió el Segundo Premio Nacional de Artesanía.

El sudario de Consuelo Escámez queda en el almacén, aunque no permanecerá allí mucho tiempo. Era una época en que numerosas cofradías de nuestra Región, e incluso de provincias limítrofes, acudían a Cartagena a tratar de comprar aquellos enseres procesionales que eran sustituidos. Así la Agrupación de la Agonía vendería su sudario a Rojales (Alicante) o la Cofradía Marraja el trono de su Titular a Cieza.

La Cofradía Virgen de la Caridad se constituye en Fortuna (Murcia) en 1955 y para ello cuenta con una imagen de Olot. Su fundador se dirige a Cartagena y adquiere allí por 7.000 pesetas de la época el antiguo Estandarte de Consuelo Escámez, que será el fundacional de la Cofradía fortunera y que desde entonces acompañará a Su Titular en las noches de Viernes Santo, luciendo orgullosamente los escudos de Cartagena y la Piedad.

Como se puede observar en las fotografías actuales del mismo, los bordados se conservan en perfecto estado, si bien no es éste el caso de la pintura central de Francisco Portela, que debió ser sustituida en 2004 por su deterioro, tarea realizada en los talleres murcianos ‘La Egipcia’ donde se colocó en su lugar una sin valor artístico alguno.

Este año, el de las Bodas de Oro de la ‘Cofradía Virgen de la Caridad’ de Fortuna, el estandarte de Escámez que se creía perdido, abrirá una vez más, como lo ha venido haciendo estos cincuenta años el desfile de la Virgen de la Caridad en Fortuna.

Publicado en 2005 en la revista 'Arriba el Trono'

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