EL ESCULTOR CARLES FLOTATS i GALTÉS (1880-1949)

Carles Flotats i Galtés nace en Barcelona, en el Barrio de Gracia, el 3 de noviembre de 1880. Es hijo de quien fuera uno de los principales imagineros de temática religiosa de finales del XIX, Joan Flotats i Lluciá (1847-1917) y de Rosa Galtés i Coll. De su padre hereda oficio y vocación y desde muy niño deja ver sus dones para la escultura, cualidad ésta que perfecciona estudiando anatomía en el Hospital Clínico de la ciudad condal, en la que se habían instalado sus padres (ambos eran de Manresa).

Trabaja en el taller de su padre, como lo haría también Llorenç Matamala i Pinyol (1856-1927), principal de los discípulos de Joan Flotats primero y yerno de éste después, al casarse con su hija Caterina. Mientras su cuñado Llorenç centrará su carrera en la colaboración con Antoni Gaudí, con quien también había trabajado Joan Flotats (1), Carles Flotats mantendrá abierto el taller de su padre una vez fallecido éste en 1917 y desarrollará su carrera conjugando la formación recibida de él y en las diferentes influencias modernistas que marcan el comienzo del siglo XX barcelonés. Hereda también de Joan Flotats determinados vínculos como los que mantiene con los jesuítas o con la localidad natal de éste, Manresa, donde trabajará de forma notable.

Carles Flotats, al igual que su padre, trabaja sobre todo la imaginería religiosa, tanto en bronce como en piedra y madera. No se cierra tampoco a la escultura de temática ‘profana’, como lo demuestra su realización en 1930 del busto en bronce del Doctor Pi i Molist, psiquiatra barcelonés ante cuya clínica estuvo durante muchos años este monumento, que en la actualidad se encuentra en un patio interior de la sede municipal del Distrito de ‘Nou Barris’ en la capital catalana.

Una de las facetas más destacadas de la obra de Carles Flotats es la realización de las esculturas en bronce en la ‘coveta’, la galería que une la Iglesia de los jesuitas de Manresa con la ‘Cova’, la cueva en la que San Ignacio de Loyola escribió en 1522 sus “Ejercicios Espirituales”. Allí trabajaría bajo la dirección del Padre Jesuíta Martí Coronas, para realizar seis relieves que representan momentos trascendentes de la vida del mencionado Santo. Los relieves son de un gran realismo y de una magnífica ejecución, probablemente la mejor de las obras de Carles Flotats, quien los realiza entre 1915 y 1918. Coincidiría además en este trabajo con el más importante de los escultores del modernismo catalán, Josep Llimona, que realiza los dos monumentales ángeles que enmarcan la entrada a la ‘Cova’.

En Manresa realiza también importantes actuaciones para el cementerio de esta localidad. En los años veinte talla en piedra una escultura monumental de un ángel, que se sitúa presidiendo la entrada principal del camposanto. Destruida durante la II República, el mismo autor la reconstruye finalizada la Guerra Civil para colocarla en idéntica ubicación. Para ello se sirve de los bocetos y fotografías de su obra que ha conseguido salvar de la Guerra tras tapiarlos en su taller tras una pared falsa. En el mismo camposanto manresano realiza tres panteones, para las familias Jorbá, Devant y Alter, todos ellos en mármol y de una cuidada ejecución.

El panteón de la familia Jorbá está presidido por una escultura de Cristo Resucitado, realizada en mármol y en el que podemos encontrar un parecido razonable al Cristo de la Agonía de Cartagena. Diferente será el motivo que elegirá en el panteón de los Devant, donde realiza también en mármol un gran medallón en el que representa un evangelista que es ayudado en su tarea por un ángel.

Ya en madera, entre las obras conocidas de este escultor, destacan las que realiza para la Iglesia de San Ignacio –una vez más los jesuitas- de la Calle Casp de Barcelona. Allí se encuentra un Sagrado Corazón sin policromar y de gran tamaño que preside el altar mayor, así como las imágenes de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, ésta firmada como “Taller C.Flotats”.

En la mencionada iglesia encontramos también la talla de María Inmaculada, representada según la costumbre catalana de forma majestuosa, ligeramente hierática, lejos de los modelos barrocos inspirados en la obra pictórica de Murillo. Es una Virgen Reina, un modelo que seguiría también Carles Flotats, aunque con un resultado más discutible, en la Inmaculada de la Iglesia de Santa María de la Seu de Manresa en 1940.

Otras obras destacadas de Carles Flotats serían las realizadas para el Monasterio de Montserrat, centro de la espiritualidad catalana. Allí realiza el monumento a Jacinto Verdaguer y una de las estaciones del Vía Crucis.

Destacan también la imagen de Bernadette en el claustro de la Catedral de Barcelona, la imagen de Cristo Rey en el Instituto Químico de Sarriá o la Virgen Blanca de los Pirineos, en la iglesia del Mercadal de Gerona.

Capítulo aparte serían sus obras en Canet de Mar. En 1900 el prestigioso arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner le encarga las gárgolas del castillo de Santa Florentina en la mencionada localidad costera. En ella, y con motivo de sus contínuas estancias conocerá a la joven Dolors Roca i Masaguer, con la que contraerá matrimonio el 7 de septiembre de 1904.

A partir de ese momento, y hasta su definitivo traslado a Canet, son múltiples los encargos a los que hace frente en esta ciudad: la cruz del Castell, la escultura de Marcelino Champgnat, para los maristas que la reproducen para sus muchos centros de Cataluña y Levante, o la Inmaculada Concepción, esta vez siguiendo la estética del sevillano Murillo, y que es bendecida el 4 de diciembre de 1949, apenas unas semanas después de la muerte de este gran imaginero.

En 1941 recibe un difícil encargo. Desde Crevillente (Alicante) se ponen en contacto con él para encomendarle la talla de un Cristo Crucificado que sustituyera al que había tallado muchos años atrás su padre, Joan Flotats, y que había sido destruído en la Guerra Civil. El encargo es una donación de la familia Magro, que también había financiado la imagen desaparecida.

Con sumo placer, Carles Flotats reproduce al detalle la obra de su padre, gracias a los modelos y fotografías que había conservado de la forma anteriormente expuesta. El resultado es sorprendente para los crevillentinos, que reciben la obra con gran alegría. Se trata de la imagen del Santísimo Cristo de la Victoria, que continúa desfilando cada Viernes Santo en la localidad alicantina, contando desde 1967 con Cofradía propia, la hermandad del Santísimo Cristo de la Victoria y María Magdalena.

No es de extrañar, en este contexto, que Carles Flotats fuera el escultor elegido en 1941 por Juan Magro Espinosa, miembro de la familia mencionada y afincado en Cartagena, para realizarle el encargo de un nuevo Crucificado para la Agrupación ‘marraja’ de la Agonía que sustituyera al destruido en la Guerra Civil, una bella imagen anónima, probablemente de escuela italiana.

Se inspira para ello en la talla del Crucificado que Joan Flotats había tallado para el Calvario de la llamada ‘capella fonda’ de Canet de Mar (que también se destruyó durante la Guerra Civil) y en el que había tomado como modelo el Cristo Crucificado de la localidad cántabra de Limpias, una imagen que a juicio de Joan Flotats tenía uno de los rostros más perfectos de Cristo nunca realizados.

La nueva talla del Cristo de la Agonía no se estrenaría por unos días en 1942 (llegó a Cartagena la primera semana de Pascua), tras sufrir Carles Flotats importantes problemas de salud que paralizarían su brazo derecho, y negarse a que la imagen fuera terminada por su ayudante. La parálisis no fue obstáculo suficiente para frenar la vocación del catalán, que continuaría, hasta su fallecimiento trabajando únicamente con el brazo izquierdo.

En Canet de Mar, su localidad de adopción, y en la que una calle lleva el nombre de tan insigne artista, fallecería Carles Flotats i Galtés el día 10 de noviembre de 1949.

NOTAS

(1) Llorenç Matamala fue Jefe de Modelistas de la Sagrada Familia y uno de los artífices de la fachada del Nacimiento del citado templo expiatorio barcelonés. Su hijo, Joan Matamala i Flotats (1893-1977), heredaría los bocetos y croquis realizados por Gaudí, que su padre había salvado del asalto a la casa de los Matamala en 1936. Joan Matamala es autor del más famoso busto de Gaudí (1925) y de su máscara funeraria.

AGRADECIMIENTOS

Fundamentalmente a la familia de Carles Flotats, su nieto Josep María Flotats i Verdura y su bisnieto Joan Flotats Balagué.

También han sido de gran ayuda la colaboración de la Compañía de Jesús (Manresa y Barcelona), el Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, el Ayuntamiento de Manresa (en especial su Jefa de Protocolo, Dª Gloria Ballús), la Sección de Archivo del Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (Dª Laia Vinaxa), el Consejo de Cofradías de Crevillente, el Consejo General de Hermandades y Cofradías de la Archidiócesis de Barcelona (sobre todo su Presidente, Manuel Zamora), Departamento de Atención al Cliente de RENFE Mercancías, Serveis Funeraris de Barcelona, S.A., la Catedra Gaudí de la Universidad Politécnica de Barcelona, el Decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Ramon Llull de Barcelona (Dr. Jaume Aymar, SJ) y el Ayuntamiento de Canet de Mar (Oscar Figuerola, Concejal de Cultura).

Publicado en 2005 en 'Ecos del Nazareno'